Mal diseño: fracaso seguro
El talento no garantiza el éxito, pero su ausencia avala el fracaso
enero de 2001
Imagínese en una sala de cine. Comienza la película. Lo que ve es un escenario, en el que entran los actores, dicen sus líneas y salen por un lado. Así una hora y media. No hay cambio de plano, no hay banda sonora.
Ahora encienda la televisión. Es la hora de las noticias. Aparece un locutor sentado en una mesa, con un gran micrófono ante sí. Lee las noticias una detrás de otra de un fajo de papeles. Así media hora.
El cine tiene más de cien años de historia. La televisión más de cincuenta. Hoy sabemos que ésas no son las formas adecuadas de hacer una película ni un noticiario, y sin embargo así eran al principio.
A pesar de contar con una historia mucho más corta, también comenzamos a saber cómo no se deben hacer las cosas en Internet.
La ciencia del sentido común
El incómodo e intraducible término «usability» está de moda. Se refiere, claro está, a la facilidad de uso, en este caso de un programa, página web o sistema interactivo. Tiene sus propios profetas y sus propias normas, que evolucionan junto con el medio y las costumbres de las personas.
Mantener la calidad del medio no es una ciencia, sino un oficio que se encarga a profesionales.
Pero en estos tiempos de conquista, ensayo y error, la ciencia quizá sea el único antídoto contra la «voodoo usability», es decir, esto tiene que funcionar bien porque a mí me gusta, practicada con entusiasmo por personas equivocadas en el cargo equivocado.
Se busca talento
El mal diseño empieza a tener sus propios calificativos por parte de los expertos. Nielsen habla de «deadly blocks-of-text», los bloques de texto de la muerte, para referirse a los párrafos de texto demasiado largos que son físicamente dolorosos de leer en pantalla.
En Web Pages That Suck, Vincent Flanders aborda lo que él denomina «Mistery Meat Navigation» (navegación del fiambre misterioso, en traducción libre), diseño en el cual los botones son iconos gráficos de significado ignoto que obligan al usuario a pasar sobre ellos el cursor para descubrir su función.
Un buen director puede hacer una gran película con un guión mediocre. Pero los directores mediocres jamás hacen buenas películas.
Si tiene en cuenta que en la industria punto com, las decisiones las han tomado los cámaras, fotógrafos, técnicos de sonido o, aún peor, los productores, las causas de la crisis del sector aparecen mucho más claras.
Contenido original: Pescador, D. (2001) Mal diseño: fracaso seguro, Baquia.com