Es frecuente que los clientes no sepan lo que quieren, pero cuando ven algo y utilizan prototipos, pronto saben lo que no quieren.
Los prototipos son una representación limitada de un producto, permite a las partes probarlo en situaciones reales o explorar su uso, creando así un proceso de diseño de iteración que genera calidad.
Un prototipo puede ser cualquier cosa, desde un trozo de papel con sencillos dibujos a un complejo software.
Porque son útiles para comunicar, discutir y definir ideas entre los diseñadores y las partes responsables.
Los prototipos apoyan la evaluación de productos, clarifican requisitos de usuario y definen alternativas.
Utilizan materiales distintos al del producto final, son baratos, simples y fáciles de producir.
Son particularmente útiles en las fases iniciales del desarrollo, durante el diseño conceptual.
Son aquellos que se parecen al producto final y utiliza sus mismos materiales.
Marc Retting (1994) desaconseja el uso de prototipos de alta fidelidad porque: