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Fotografía en blanco y negro de un joven tapándose la cara, los ojos y los oídos.

Objeciones comunes contra los requisitos de usuario

abril de 2002

Si quieres ser competitivo, tienes que saber de tus clientes más que la competencia

La objeción del jefe: «Hemos hecho un brainstorming y sabemos lo que quieren», «soy el jefe y llevo veinte años en el negocio», «yo también soy un usuario y sé lo que necesitan».

Los jefes sabrán dirigir negocios, pero su trabajo no es diseñar. Además, lo que ellos quieren no es necesariamente lo que sus clientes necesitan.

La objeción del creador: «Tenemos un equipo con magníficas ideas, conceptos y tecnología».

La creatividad y la tecnología son herramientas, pero aún tenemos que resolver problemas reales.

La objeción del experto: «Un análisis de requisitos de usuario no es necesario para nuestro producto».

Si quieres ser competitivo, tienes que saber de tus clientes más que la competencia.

La objeción del presupuesto: «No podemos permitirnos trabajar en eso».

Los costes al principio de un proyecto son pequeños en comparación a lo que cuesta una vez creado.

La objeción de la planificación: «Tenemos que sacar el producto en dos meses, no tenemos tiempo para eso».

Los análisis de requisitos de usuario deben hacerse desde el inicio de un proyecto. La usabilidad no es brillo superficial que pueda ser aplicado a última hora en un producto. La usabilidad está afectada por cada decisión de un desarrollo, DEBE acompañar al producto desde el principio.

La objeción de la novedad: «Lo que estamos haciendo es completamente nuevo».

Si tu web o servicio es tan nuevo, tienes muchas más posibilidades de que nadie entienda cómo usarlo.

La objeción del que ignora al usuario: «La gente no sabe lo que quiere».

Los análisis de usuario no están para medir lo que la gente quiere, sino para solucionar problemas cuando se enfrentan a un sistema interactivo.

La objeción de la omnipresencia: «No puedes escuchar a todos los usuarios del mundo».

Escuchar a unos pocos es mejor que no escuchar a nadie.

La objeción académica: «No somos una universidad para investigar eso».

El fin de la usabilidad no es académico, sino solucionar problemas reales de competitividad y calidad de producto.

La objeción de marketing: «Hemos hecho investigación de mercado y sabemos lo que necesitan los usuarios».

Los estudios de marketing no sirven para entender cómo y por qué un producto es o no usable.

La objeción del secreto: «El proyecto es secreto».

Incluso los proyectos secretos se tienen que optimizar.

La objeción del usuario ocupado: «Los clientes no tienen tiempo para participar en estudios».

Ellos van a dedicar ahora ese tiempo, o más adelante tratando de entender cómo usar tu producto no adaptado a sus necesidades.

La objeción del test: «En vez de analizar a los usuarios hacemos un prototipo».

Los prototipos son útiles para comunicar, discutir y definir ideas entre los diseñadores y las partes responsables, pero sólo un test de usabilidad revela si tu producto es usable o no.

 

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